Reescribir tu historia interna

De víctima inconsciente a protagonista consciente

Beatriz Álvarez

3/17/2023

black blue and yellow textile
black blue and yellow textile

Todas llevamos una historia dentro. No la que contamos hacia afuera, sino la que nos repetimos por dentro. Una narrativa silenciosa, construida con fragmentos de la infancia, con frases que escuchamos en casa, con heridas no sanadas, con mandatos que no cuestionamos. Esa historia interna guía nuestras decisiones, moldea nuestras relaciones, define lo que creemos merecer.

Y muchas veces, esa historia está escrita desde la herida. Desde un yo que aprendió a sobrevivir, no a brillar. Desde una identidad que se forjó en la escasez, en el abandono, en la culpa o en la exigencia. Sin darnos cuenta, vivimos dentro de un guion que no escribimos conscientemente, pero que repetimos cada día.

“Siempre tengo que esforzarme el doble para ser vista.” “Nadie me cuida, tengo que hacerlo todo sola.” “El amor duele.” “No puedo confiar en nadie.” “No soy suficiente.”

Estas frases —aunque no las digamos en voz alta— viven en nosotras. Y lo más duro es que, desde ahí, creamos nuestra realidad. Porque el inconsciente no distingue entre lo que fue y lo que es. Solo repite. Solo busca coherencia. Si tu historia interna dice que el amor es abandono, atraerás vínculos que lo confirmen. No porque te guste sufrir, sino porque el alma tiende a lo conocido.

Pero llega un momento en el que algo en ti ya no quiere seguir repitiendo. En el que el dolor se vuelve tan familiar que ya no anestesia, solo cansa. En el que te das cuenta de que vivir en modo supervivencia te ha robado demasiada vida. Y ahí comienza algo nuevo: el deseo de reescribirte.

Reescribir tu historia interna no es negar lo que viviste. No es ponerte una capa de positividad superficial. Es mirar tu pasado con otros ojos. Es comprender que lo que fuiste no es todo lo que eres. Que lo que te pasó no define lo que puedes crear. Que puedes honrar tu herida sin vivir desde ella.

Pasar de víctima inconsciente a protagonista consciente es un proceso profundo. Implica identificar qué historia has estado contando. Qué patrones repites. Qué papel sueles ocupar en tus relaciones: ¿la salvadora? ¿la complaciente? ¿la que no necesita a nadie? ¿la que siempre cede? Cada rol tiene una raíz. Y esa raíz es emocional.

Cuando dejas de verte como víctima, no estás culpándote. Estás reconociendo que tienes poder. Que puedes hacerte cargo de ti. Que puedes elegir distinto. Que no estás condenada a repetir.

La protagonista consciente no es perfecta. Pero está despierta. Sabe que puede equivocarse, pero ya no se abandona. Sabe que puede tener miedo, pero no deja que ese miedo tome el mando. Sabe que sanar es incomodarse, es cambiar hábitos, es poner límites. Pero también sabe que merece una vida distinta.

Para reescribirte necesitas primero observarte. Llevar conciencia a tus reacciones automáticas. A tus pensamientos recurrentes. A tus emociones atrapadas. No para juzgarte, sino para conocerte.

Luego, necesitas elegir. ¿Qué historia quieres contar ahora? ¿Qué narrativa te expande? ¿Qué versión de ti quieres sostener? Porque lo maravilloso es que puedes elegir una nueva narrativa y repetirla hasta que se vuelva tuya. Porque el cerebro también se reprograma. Porque el corazón también aprende.

Puedes empezar con frases pequeñas pero poderosas: “Ya no necesito salvar a nadie para sentirme valiosa.” “Merezco relaciones donde pueda ser yo.” “Me estoy aprendiendo a cuidar.” “No tengo que hacerlo todo sola.” “Estoy a salvo ahora.”

Estas frases, si las repites con presencia, empiezan a instalarse. A reemplazar lo viejo. A abrir camino.

También es fundamental rodearte de nuevos entornos. De personas que ya no hablen desde la herida, sino desde la conciencia. De espacios donde puedas ser tú sin explicar tanto. Porque cuando estás reescribiéndote, necesitas espejos diferentes. Necesitas luz.

Y necesitas compasión. Porque habrá días en los que el antiguo guion regrese. Días en los que dudes. En los que caigas. Pero ya no te quedarás ahí. Porque ahora tienes otra historia. Otra mirada. Otro amor por ti.

Reescribirte no es un acto de soberbia. Es un acto de amor. Amor por la niña que fuiste. Amor por la mujer que estás siendo. Amor por la vida que mereces.

Si hoy sientes que estás cansada de repetir patrones, de vivir desde la herida, de contarte la misma historia de siempre… es tu momento. El momento de reescribirte desde el alma. Desde la posibilidad. Desde la presencia.

Estoy aquí para ayudarte en ese proceso. Puedes agendar tu primera sesión desde mi web o llamarme directamente. Juntas podemos identificar tu guion, liberar lo que ya no necesitas y escribir juntas una narrativa más real, más libre y más tuya.