Aprender a recibir
El lado olvidado del amor propio
Beatriz Álvarez
4/24/2024


Nos enseñaron a dar. A cuidar, a sostener, a estar disponibles. Nos aplaudieron por ser fuertes, por resolver, por no necesitar. Aprendimos a valorar nuestra capacidad de entrega, nuestra empatía, nuestra habilidad para dar más de lo que tenemos. Pero hay una parte del amor propio que casi nunca nos enseñaron: recibir.
Recibir es un arte. Y también un derecho. Pero para muchas personas, especialmente mujeres, se ha vuelto incómodo, sospechoso, incluso culpable. Nos cuesta aceptar un halago sin rebajarlo. Nos cuesta permitirnos ayuda sin justificarnos. Nos cuesta abrirnos al placer sin sentir que tenemos que devolver algo a cambio.
En el fondo, creemos que para merecer, tenemos que dar primero. Que recibir sin esfuerzo nos hace egoístas. Que si no estamos en control, algo malo puede pasar. Que aceptar implica deber. Y así, cerramos las puertas por donde podría entrar lo que anhelamos. Porque no se trata de que la vida no quiera darnos… sino de que no sabemos cómo sostener eso que llega.
Este patrón suele tener raíces emocionales muy profundas. Muchas veces viene de una infancia en la que aprendiste a dar para sobrevivir. Donde sentirte querida implicaba hacer algo a cambio. Donde no podías relajarte, porque si bajabas la guardia, algo dolía. Desde ahí, se instaló una idea distorsionada: si recibes, te expones. Si te abres, pierdes el control. Si disfrutas, eres vulnerable.
Entonces te volviste dadora. Responsable. Independiente. La que está para todos, pero rara vez para sí misma. Y aunque anhelas compañía, sostén, ternura… no sabes cómo dejar entrar. Porque dejar entrar implica abrir. Y abrir, cuando no aprendiste a recibir sin daño, da miedo.
Pero lo cierto es que no puedes vivir en plenitud si solo sabes dar. Porque el dar sin recibir se convierte en desgaste. En desequilibrio. En carencia disfrazada de generosidad. Y terminas vacía, esperando que alguien, algún día, te cuide como tú cuidas.
Aprender a recibir es, en realidad, una forma profunda de sanación. Es recuperar el equilibrio. Es decirle a tu cuerpo, a tu alma, a tu historia: “también merezco”. Es permitirte experimentar el amor sin tener que esforzarte para ganarlo. Es confiar en que puedes abrir los brazos y que la vida te sostenga.
¿Y cómo se empieza?
Primero, observando. ¿Qué haces cuando alguien te ofrece ayuda? ¿Qué sientes cuando te elogian? ¿Cómo respondes ante un regalo, una propuesta, una oportunidad? ¿Cuál es tu reacción automática? Negar, minimizar, rechazar, devolver, justificar… son señales de que algo se cierra cuando podrías abrirte.
Luego, empieza a practicar. Acepta ese café que te invitan. Ese cumplido que alguien te hace. Esa mano que te ofrecen. No expliques. No devuelvas enseguida. Solo respira y recibe. Aunque te incomode. Aunque se sienta raro. Es tu músculo del merecimiento despertando.
También necesitas revisar tus creencias. ¿Qué piensas del placer? ¿Del descanso? ¿De la abundancia? ¿De pedir lo que necesitas? ¿De confiar en que lo que llega puede ser bueno y estable? Desmonta la idea de que recibir es peligroso. Porque recibir no es debilidad. Es madurez emocional.
El acto de recibir te ancla. Te conecta con tu valor. Te permite construir relaciones más sanas, donde no eres solo la que da, sino también la que permite ser sostenida. Porque dar y recibir son dos partes de un mismo flujo. Cuando solo das, interrumpes el ciclo. Cuando recibes, honras la vida que quiere moverse a través de ti.
Y sobre todo, recuerda esto: no tienes que hacer nada para merecer amor, ayuda o alegría. No tienes que rendir, justificarte ni sacrificarte. Tu sola existencia ya es suficiente.
Si hoy sientes que estás cansada de sostener todo, si notas que te cuesta dejarte cuidar, si te das cuenta de que no sabes cómo recibir sin culpa… estoy aquí para acompañarte. Podemos trabajar juntas para liberar esa creencia, abrir tu corazón y enseñarte a sostener lo que mereces. Puedes agendar tu primera sesión desde mi web o llamarme directamente.
Terapias Beatriz Álvarez
Es un espacio sutil, acogedor y profundamente humano que invita a detenerse, a respirar, y a mirar hacia dentro.
© 2025. Terapias Beatriz Álvarez
Telefono y WhatsApp: +34 652 17 94 99
Consultas con Cita Previa En Presencial y Online


Deja tu reseña Aquí
